martes, 3 de mayo de 2011

LA ELABORACIÓN DEL HULE EN MESOAMÉRICA


(Por: Michael j. tarkanian y Dorothy hosler)
Los pueblos mesoamericanos se adelantaron 3 500 años al descubrimiento  de la vulcanización. El huele se utilizaba  para elaborar diferentes productos, como bolas  para el juego de pelota, figurillas antropomorfas y bandas anchas que servían para atar las hachas de piedra a mangos de madera.
Generalmente consideramos el hule como un material moderno; una amplia gama de productos  de hule, tienen múltiples usos, acompañan nuestra vida cotidiana,  ya sea en los neumáticos del automóvil o en la suela de los zapatos, en realidad, el hule  es un producto mesoamericano muy antiguo y ya se producía en 1600 a.c.
Las pelotas fueron los artículos de hule más importantes  para los Olmecas y mas tarde para los mayas, aztecas y otros pueblos, pues eran esenciales para el desarrollo del juego de pelota en toda Mesoamérica. Las pelotas ni fueron los únicos artículos en el que se usó el hule; lo encontramos también en figurillas antropomorfa- huecas o macizas- y en bandas anchas que servían para sostener las hachas de piedra en sus mangos de madera.
La conservación de objetos de hule es difícil,  a pesar de lo cual los arqueólogos han recuperado en Mesoamérica algunos centenares de piezas. Las mas antiguas son doce bolas de hule sólido recobradas en el Manatí, en el estado  de Veracruz.
Examinamos seis de ellas, las cuales tienen un diámetro máximo  de 30 cm y un mínimo de 13, las dos bolas más antiguas  tienen  una fecha de 1600 a.c. la que coincide, más o menos, con la del Paso de la Amada que es  de 1400 a.c. aproximadamente.  En este sitio de la planicie costera de Chiapaneca  del Pacífico se encuentra  el juego de pelota con el fechamiento más antiguo que  se conoce. Asimismo, se recuperaron otros objetos de hule en el cenote sagrado de sacrificios, en Chichen Itzá, los cuales están fechados en 850 y 1550 d.c.  se trata de bolas pequeñas y macizas  de mangos de herramientas cubiertas de hule de figurillas humanas,  de manos y pies, de una cabeza hueca y de una herramienta de piedra atada con una banda de hule.
El látex
La materia prima de las pelotas y de otros artículos  de hule en Mesoamérica  es el látex,  que se extrae de la castilla elástica, árbol endógeno de las tierras bajas tropicales de México y Centroamérica. El látex   del castilla elástica es un líquido blanco y pegajoso que se vuelve muy quebradizo al secarse.  Los españoles del siglo XVI señalaron que los antiguos mesoamericano procesaban bien el hule mesclando el látex con el jugo de la Ipomoea Alba, una especie de trepadora semejante al don diego de día,  fray Toribio de  Benavente, motolinia, dice: “ullique es una goma de un árbol que se cría en tierra caliente… ayuntanlo  uno con otro,  que es cosa que luego se cuaja y para negro”
Estas se hacen del jugo de cierta hierba… cuecece dicho jugo, que la hervir se endurece, y convertido en masa se le da forma apetecida, el producto final  eran bolas que corren y saltan tanto que parece que traen azogue dentro de sí. Nuestro interés era saber cómo lograron transformar los antiguos mesoamericanos el látex crudo en un producto plegable, elástico y que rebota tal y como lo describe motolinia, a partir de una sabía pegajosa  poco manipulable. Tuvimos la oportunidad de examinar una de las pelotas  de el Manatí y pudimos observar la producción de hule en Zacualpa, Chiapas,  en donde aun se siguen los métodos tradicionales. La producción de hule en Zacualpa fue próspera  durante la primera mitad del siglo xx; los métodos tradicionales  de la producción de un material elástico y que rebota se ilustran en las secuencia fotográfica.
La transformación del hule se debe a un cambio químico producido cuando la enredadera se mezcla  con el látex, los cambios más importantes ocurren  en la posibilidad de moldearlos, la elasticidad y la tenacidad  del látex, de suyo pegajoso. Estas modificaciones en dicho propiedades  resultan   esenciales para manipular el hule y darle forma a las figurillas pero, sobre todo, para formar las pesadas bolas macizas. Investigamos en el laboratorio los cambios notables de elasticidad y tenacidad que resultaban del proceso que observamos en Zacualpa. El látex natural es un polímero  compuesto de muchas cadenas largas de átomos de carbono y de hidrógeno, bajo tensión, las cadenas se deslizan con facilidad. Esto ocurre al látex natural antes de secarse: es un material blando y propenso a la deformación, pero si las largas cadenas del polímero se enlazan y forman  estructuras de red  se modifican las propiedades del látex: se vuelve rígido y elástico  un material con una estabilidad mecánica adecuada para hacer bolas macizas o bandas de hule.  En el proceso moderno de vulcanización, las cadenas  de látex se unen al sulfuro orgánico y se entrecruzan mediante un átomo de sulfuro. De hecho  el sulfuro es el elemento que charles  goodyear mezclo accidentalmente  con látex en su azaroso y afamado descubrimiento  de la vulcanización en 1839. Comenzamos por comparar la elasticidad del látex  del castilla elástica  sin procesar y seco con la del procesado con ipomoea   alba. Con pruebas mecánicas realizadas en reómetro de placas encontramos que, añadiendo el  jugo del don diego de día al látex seco o solo. Esto quiere decir que ha ocurrido un entrelazamiento entre las moléculas del látex.
Ignoramos de que manera descubrieron los antiguos pobladores de Mesoamérica que el liquido extraído  de la ipomoea alba mezclado  con el látex producía el material idóneo para hacer pelotas y otros objetos de hule. Lo que sí sabemos es que estuvieron familiarizados  con el don diego de día, planta que aparece en la iconografía al menos desde el clásico  y en los siguientes períodos. Dos especies (Rivea Corymbosa e Ipomoea  Violácea) relacionados muy de cerca con el lcd. Eran consumidas por los sacerdotes para lograr estados alterados de conciencia en rituales adivinatorios o de curación. Independientemente de cómo llegaron a comprender el efecto del extracto  del don diego de dia sobre el látex. Los pueblos de Mesoamérica lograron con su ingenio  y mediante la experimentación, el procesamiento  del material  requerido para hacer las bolas del juego de pelota,  que llegó a ser un elemento nodal y aglutinante en su vida ritual, religiosa y política. Su trabajo se adelanto 3 500 años al descubrimiento de la vulcanización.

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