jueves, 5 de mayo de 2011

BULTOS SAGRADOS DE LOS ANCESTROS ENTRE LOS MAYAS


Los primeras investigadores que identificaron los bultos en el arte maya fueron Tatiana Proskouriakoff (1963-1964) y Merle Greene (1972), quienes al observar los dinteles 1,5,7,32,53 de Yaxchilán, Chiapas, señalaron que en dichas  escenas se podía observar  al  gobernante de la ciudad  en turno y frente a él una mujer, generalmente una de sus esposas,  sosteniendo  entre las manos un objeto  de material ligero, dado que en ocasiones lo cargan con una mano, y que estaba atado. Por eso llamaron a esos objetos bultos.
Ambas propusieron que las escenas  estaban relacionadas con el papel que las mujeres desempeñaban  como madres de los herederos y que el contenido del bulto podía ser  la dote,  a los objetos necesarios para el ritual de purificación posterior al parto: pieles de tigre, lancetas  de obsidiana, espinas  de raya, cuerdas y hongos, o alucinógenos, y cuya  función  sería la de establecer el contacto con los dioses.
La información epigráfica actual nos permite tener más información acerca de las ceremonias desplegadas en dichos monumentos, y sabemos que fueron mandados hacer por Pájaro Jaguar (IV), incluidos  los dinteles  32 y 53, donde la mujer representada  es su madre, la señora Ik´ Cráneo. En los otros el autor se representó,  acompañado de alguna  de sus esposas, festejando su entronización con fecha de finales del período. En todas las escenas del bulto es sostenido por las mujeres  y en dos ocasiones estos llevan la inscripción “carga”, dentro del bulto y el verbo que describe la acción realizada es: “bailar, bailo”, lo cual,  como señalara Nikolai Grube, es una  actividad congruente con los ceremonias chamánicas  para sacralizar los objetos empleados en ella. La pregunta que surge  es ¿ y qué contenían los bultos?.
 Debo señalar que a estas representaciones de bultos podemos agregar la estela nueve de la Florida (Guatemala), el disco de Toniná (Chiapas), el vaso de la serie inicial de Uaxactun (Guatemala) y el vaso de los 9 dioses (de procedencia desconocida, aunque en estos casos las escenas asociadas  difieren de aquellas registradas  en Yaxchilán, especialmente la estela de la Florida y el vaso de Uaxactun, ya que en ellos lo anudado son vasijas redondas o cuadradas colocadas  una sobre otra, es decir lo que los arqueólogos llaman  “labio con labio” , y que han sido localizados en varios lugares  dentro de cachés  o escondrijos. Desde luego,  podemos preguntarnos: ¿era igual al contenido de estas ofrendas atadas  al de los bultos? Para saberlo tenemos que acudir a la información histórica, etnográfica y arqueológica.
Historia y etnografía
Referencias históricas sobre “bultos” rituales o ceremoniales se encuentran en el Popol Vuh, el título de Totonicapán , el título de Yax, la relación de las cosas en Yucatán,  de fray Diego de Landa y el Chilam Balam, aunque el contenido de los bultos  en ellas mencionado varía de una fuente a otra. Así,  en la tradición quiché la primera mención  se encuentra en el Popol Vuh  de Recinos.   
La ortografía cambia de una fuente a otra, o entre los autores, y así se llama y, por ende, la traducción también varía pero, indudablemente, se trataba  de un bulto que dejaron los fundadores  y su procedencia se atribuía  a Nacxit,  como se puede contestar en el titulo de Totonicapán, cuando se dice que él les dió el pisom que vino de donde sale el sol, fue desatado allí, razón por la cual  ellos si conocieron el contenido  del bulto, pues más adelante se dice:


Estos son los símbolos de autoridad   que vinieron de donde sale el sol … la calabacilla, el vaso, las garras de águila y jaguar, la calabaza y las patas de venado, la flauta, el tambor, la gran chirimía, el caracol, la red de tabaco, el brazalete, las plumas de garza, las trenzas, las piedras negras y amarillas. Estas señales… (se usaban para perforar… el cuerpo de los señores)
De la misma tradición procede el título de Yax, donde también se consigna a los fundadores, entre ellos a Balam  Quitsé, quien al morir se despidió diciendo: “ este es un recuerdo más que les dejo. Este es el poder que envolví… el C´Cál Pisom  se llamaba.  No estaba visible  porque nunca fue desenvuelto. El envoltorio tenía mucha santidad… Pisom Cacál lo llamaban (poder envuelto), más adelante se habla de los símbolos del señorío que le entrego Nacxit, y son prácticamente los mismos que hemos anotado, con algunos otros como “el trono, el palio, plumas… y la escritura.
Veamos ahora la información que acerca de los mayas yucatecos  nos dejo Fray Diego de Landa. Nos dice que en la ventana de zip se realizaba la fiesta de los médicos y que en ella los sacerdotes “sacaban los envoltorios  de sus medicinas en que traía muchas niñerías y sendos idolillos  de la diosa de la medicina  que llamaban Ixchel… y sus piedras para las suertes”. Una vez efectuado el ritual envolvían   nuevamente todo y una vez hechos sus bultos se los cargaban en las espaldas y bailaban al llamado. Esta clase de bultos continuaron en uso, ya que los adivinos mayas con quienes trabajo Leonard Schultze Jena en Chichicastenango (1945) continuaban cargando….” Un paño rojo el cual contenía los enseres  de la adivinación: cristales de roca, amatistas, pedazos de cuarzo amorfo o vidrios tallados y astillas de obsidiana… todas estas cosas… se llaman chok”
Regresando a Landa, encontramos que en la veintena  de chen era cuando criaban, fabricaban, sus ídolos, los cuales cuando estaba terminados  eran sacralizados y los “ponían en una petaquilla envuelta  en un paño y lo entregaban al dueño” para esta misma región, pero ahora en el Chilam Balam de Tizimin (p.4), tenemos la mención de los “siete bultos”  que se le pide a Ha Vuc Chapat (señor siete sien pies/serpiente) cargue durante los siguientes dos tunes. También se habla de “los bultos de madera para los años individuales, y de cuando los 13 dioses le hablan al profeta  Ah Kin Chalam de … “los tiempos cuando se contemplaran los 13 bultos  y se distribuirán el acceso”. Aunque no es mucha la información al respecto, nos permite apreciar  que existieron diferentes clases de  bultos con distinta función y contenido. Con base  en esta investigación, el siguiente paso consistirá en probar la existencia  de dichos bultos.
Arqueología
Localizar un bulto ritual en contexto arqueológico es muy difícil, dado que el envoltorio  solía ser de textil  u otro material perecedero, por lo que sabemos; no sucedía lo mismo con buena parte del contenido de ellos, como podemos observar en los bultos de tradición quicheana, los asociados con la simbología del gobierno. Varios de los objetos contenidos están asociados al sacrificio o autosacrificio, como las garras y huesos de las falanges  de águila y jaguar o los vasos y calabacillas para contener la sangre. En ellos también se encontraban objetos musicales,  que se usaron en los bailes rituales, tal como se registra en los dinteles  de Yaxchilán. Así mismo las piedras am:  negras (obsidiana), amarillas (hematita), verdes (jade), o conchas o cristales, todos son objetos que se han localizado en las ofrendas y escondrijos arqueológicos, pero no necesariamente son bultos.
El primer bulto de procedencia arqueológica identificado como tal procede del mundo perdido, Tikal, Guatemala, y fue localizado por Juan Pedro Laporte y Marco a. Bailey dentro de un nicho en el edificio 5d-87, mismo que fue modificado para albergar el bulto, pues originalmente era la plataforma de una estructura de las denominadas grupo E u observatorio. En su interior  fue depositada una ofrenda que contenía dos serpientes, una tortuga, 43 gasterópodos y cerámica de la fase imix.
En el centro del nicho se colocaron dos vasijas labio con labio, tal como se observa en el vaso de la serie inicial de Uaxactun. Estaba hecho de papel de amate, pintado de azul y atado con cuerdas. Los objetos depositados en su interior fueron: fragmentos  óseos de un animal pequeño, restos de carbón y vegetales, una concha bivalva, obsidiana, dos pendientes de perla, una espina de raya, jade y espinas muy afiladas de una plantas a las que llaman cuerno de toro. Por la periocidad de la cerámica y la arquitectura, podemos pensar que el bulto debió ser colocado por Jasaw Chan Kawil II junto a la tumba de Chak Tok Ichaak 1, quien participó en la conquista  de Uaxactun.
Pero esta tradición  es mucho más temprana, como puede apreciarse por los bultos localizados en cuevas secas, río la Venta, Chiapas, por Thomas Lee; consistía en “ ofrendas envueltas en corteza de árbol machacado, amate” y eran de dos tipos, según Lee, los “atados de chamán” que contenían bolitas de copal, frijol, semillas de calabaza, de amaranto, fruta seca y pequeños cordeles. Los más numerosos,  formado por dos tazones de barro crudo colocados labio con labio, envueltos también en corteza de árbol machacado, contenían, “corteza de árbol… cortado en cuadritos, pelo humano, bolas de copal, cáscara de calabaza en forma de pendientes. Todo esto estaba asociado a gran cantidad de olotes.
Otro posible bulto se encontró en Chichen Itzá, Yucatán, dentro de una jarra que contenía, un mosaico  de placas de turquesa, jadeítas talladas, cien cuentas de jadeíta, huesos de búho  y vestigio de textil, y otro más fue localizado el juego de pelota de Piedras Negras, Guatemala, y parece haber estado originalmente envuelto, pues la vasija conserva  restos de textil en el exterior.
Como puede apreciarse, la forma y el contenido de los bultos mayas debieron ser muy diversos, ya que atendían a diferentes actividades.  Si comparamos las escenas de Yaxchilán  con la información histórica, podemos asumir que el contenido debió ser el de objetos utilizados en los rituales de matrimonio, finales de ciclo y entronizaciones, como los que observamos  en las imágenes del grupo de las Cruces, Palenque, Chiapas, donde Pakal ya muerto, está vestido como bulto mortuorio y entrega diversos objetos   a su hijo Kan Balam, quien en los tres casos muestra un bulto abierto que contenía la imagen de  Kawil, el dios de los linajes, el otro hijo de Pakal,  Kán Joy  Chitam, se hizo representar en el Palacio  de Palenque con sus padres (ya muertos), y ahí su madre le entrega un bulto que contenía las insignias de la guerra: un cuchillo excéntrico y un escudo.
Finalmente, si comparamos el contenido de los bultos  arqueológicos con los histórico podemos apreciar que los que más se parecen  es a los descritos por Landa   y que empleaban los médicos. Pero la última palabra la tendrá la arqueología con nuevos hallazgos.

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